La gota que somos

Me parece una auténtica peripecia esta impresionante macrofotografía de mi amigo Lluís Vidal al capturar la imagen de una flor dentro de una gota de agua.  Lluís, siempre me inspira con sus fotografías por su manera de interpretar la magia de la naturaleza.

En realidad, el ser humano es una gota de agua que encaja perfectamente en el orden natural del ecosistema. No sólo el 85% de nuestro cuerpo está compuesto por agua, sino que este elemento rige el orden de nuestras emociones internas.

Para mí, esta preciosa imagen refleja el principio holístico donde la gota es la representación del todo, y como el todo está al mismo tiempo dentro de nosotros. Un orden perfecto y armónico donde todo tiene balance y proporción para dar espacio a la presencia de tu verdadera esencia. Un lugar donde todos, sin importar de dónde venimos, nos ayuda a conectar con la misma unidad.

Esta gota que está a punto de lanzarse al vacío tiene una presencia plena de belleza, cautivándonos en su camino por desprenderse de la hoja de la flor en búsqueda de su propio destino, como un transformador de energía en continuo movimiento. Este proceso lo he sentido en mi interior cuando se me han presentado situaciones de cambio en la vida. Cambios lentos, sin retorno; silencios mágicos, perfectos. Una imperiencia de vida que te da la oportunidad de aprender y evolucionar hacia una nueva etapa.

Te invito a que sientas en tu vida el mágico proceso de estar consciente con tus emociones, a pesar del dolor, el sufrimiento y malestar que te estén causando, para ser testigo del proceso de transmutación que se produce cuando te sintonizas con la energía y la vibración del amor. Como la aventura de la gota de agua que siempre es recogida por una flor y el reflejo de esa flor en su interior, tu vida también tiene su propio camino y todo momento es perfecto.

Raimon Panikkar utilizaba la metáfora del "agua de la gota" para expresar la capacidad ilimitada y universal contenida en la experiencia humana singular. Todos nosotros somos como una gota de agua, que en su fragilidad, se desvanece. Sin embargo, el agua que contiene nunca desaparecerá puesto que pasará a formar parte del vasto océano de la existencia.

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