El río que habla

Durante mis paseos por el río del Delta del Ebro aprendí a escuchar y a observar con el corazón los sonidos de la naturaleza en su pura esencia. 

Cuando me doy el permiso de conectarme con mi ser, suelo ir junto al río para sentarme como la pensadora de absolutamente todo, y me quedo quieta en silencio como si de una gran obra de teatro se tratara, pasando de ser espectadora del majestuoso espacio donde me encuentro, a protagonista de una historia de amor.

El título de esta obra podría ser “el arte de descubrir quién soy”, donde la héroe de la historia, ‘yo’, voy va a la caza del desafío definitivo para poner a prueba mis fortalezas internas a través de una comunicación energética conmigo misma y rendirme finalmente a la hermosa sintonía de la voz de mi alma junto al río que habla.

Todo aquello que no puedo ver con mis propios ojos, sí lo puedo sentir, llegando a conectar mi alma con la esencia del Delta del Ebro para vivir una vivencia interna (IMPERIENCIA) que trasciende el espacio y el tiempo y me acerca a mis verdaderos anhelos y sueños.

Estos encuentros despiertan en mi la curiosidad para conocer, aprender y descubrir más sobre la conexión del ser humano con su entorno, y así es como descubro, guiada por mi alma, el significado detrás de los símbolos míticos, que fomentan la búsqueda del origen y propósito del ser humano, la de mi propia esencia, y la búsqueda de un lugar lleno de paz, de vida y de libertad eterna.

El símbolo de la desembocadura del Ebro me proporciona una orientación y una percepción de la esencia del delta en conexión con mi propia esencia. El alma de este bello lugar posee una sabiduría que me lleva a reconocer el significado especial del mágico encuentro que se produce cuando el río llega a su destino final, el mar, como símbolo de purificación, renovación, liberación. Este bello momento queda reflejado a través del símbolo mítico de la diosa TIAMAT y el dios ABZU.

TIAMAT, principio femenino, es una diosa primordial del mar salado, que se une con ABZU, principio masculino, el dios del agua dulce, para producir dioses más jóvenes. Ella es el símbolo del caos de la creación primordial. Se la conoce como “mujer” y se la describe como “la reluciente”. TIAMAT es una diosa creadora, a través de un matrimonio sagrado entre la sal y el agua dulce, creando pacíficamente el cosmos a través de generaciones sucesivas. TIAMAT es la mujer de cambio, valiente y guerrera con un arma poderosa, su corazón. Y así fue como reconocí en TIAMAT a la “LA Rosa del Delta”.

Otra de las revelaciones que recibí sentada junto al río fue la simbología de la palabra “Delta”, letra griega que en matemáticas significa “cambio” y es representada por un forma triangular, la misma forma geométrica que tiene la formación del delta de un río. El delta del corazón, al igual que sucede cuando el río se encuentra con la mar, es justo el lugar donde tu mundo exterior se conecta con tu universo interior.

Y siguiendo mi intuición, la voz de mi alma, llego a la filosofía del YIN/YANG, la dualidad de la armonía entre dos fuerzas opuestas, la masculina y la femenina, para encontrar la metodología, el camino para mantener el equilibrio físico, mental, emocional, energético y espiritual para lograr una vida vibrante, saludable y plena.

Esta es la obra que disfruto ver, sentir y vivir cada vez que me doy el permiso de sentarme junto a la orilla del río que habla.

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